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Torreón.
Se trata de un torreón defensivo que conserva tres metros de altura y cuyo interior es macizo, éste aparece relleno de piedras de la época en la que se construyó, siendo relacionado con el sistema defensivo que se construye tras la conquista del territorio a los musulmanes, existiendo diferentes ejemplos por el territorio aragonés. La torre servía como control panorámico del territorio.
El aparejo es de mampostería que se ha prolongado en altura. El ingreso no se ha conservado, por tanto, suponemos, debía realizarse a través de un vano a cierta distancia sobre el suelo y al mismo se llegaría a través de una escalera de madera.
Ermitas.
Ermita de San Roque.
Se construye a finales del s. XVII, ubicada en la Carretera de Calcena, la ermita ha sufrido diferentes remodelaciones, pero todavía han quedado inalteradas la puerta de acceso, el arco fajón con motivos geométricos de lazos que se entrecruzan formando rombos o puntas de diamante de tradición mudéjar, y el retablo barroco que contempla un lienzo de San Roque y el martirio de San Sebastián.
Ermita de San Vicente Ferrer.
Ubicada dentro del casco urbano, en la Calle Ramón y Cajal, se edifica en el s. XVII, consta de una sola nave de cuatro tramos, con contrafuertes en ladrillo y cubiertos con bóveda de medio cañón con lunetos, definidos por arcos de medio punto. En su interior se conserva el genuino sabor popular, tanto en la decoración pictórica del testero recto como en la importa moldurada de la que arranca la bóveda de lunetos.
A los pies del templo se eleva el coro donde destaca el pretil con decoración de yeso y el púlpito en el tramo central, otorgándole un carácter propio. Los muros son de mampostería con el pórtico revocado y los arcos van estribados por contrafuertes de ladrillos. Contiene una reliquia y un retablo de mazonería barroca con la imagen escultórica de madera tallada y policromada de San Vicente.
Morfología y edificios singulares.
Mesones de Isuela se asienta en un emplazamiento de orografía abrupta desarrollándose su casco primitivo en las faldas de una colina, presidida por el recinto amurallado del Castillo de Los Luna.
Se distinguen tres tipos de crecimiento o trazados, el casco antiguo que mantiene un trazado de ciudad medieval, desarrollándose entorno a la escarpada ladera del macizo rocoso sobre el que se asienta, siguiendo las curvas de nivel; el que se extiende entre la calle Ramón y Cajal, la calle Herrería, la carretera y la acequia Molinar; y una tercera que se extiende de forma lineal y dispersa junto a la carretera.
Soportales Calle Barrio Alto n.º 10; Barrio Bajo n.º 2 y Carretera Calcena 55.
Forman parte del antiguo muro defensivo de Mesones de Isuela, ya que su principal misión no es unir viviendas o edificios, cabiendo la posibilidad de que los cubiertos procedan de la antigua disposición islámica de la calles, siendo sus estructura de vigas de madera.
Iglesia de Nuestra Señora de la Asunción.
La Iglesia de Nuestra Señora de la Asunción, ocupa el frente de la Plaza de la Villa hacia la que orienta la fachada lateral de la epístola. Se compone de una sola nave con dos tramos cuadrados y cabecera semioctogonal, aunque ello no se refleja hacia el testero exterior. En el interior encontramos bóvedas de nervios clásicos del siglo XVI con terceletes y combados.
En el primer tramo del evangelio hay una capilla añadida en época barroca con bóveda sobre pechinas, iluminada con linterna.
Los muros exteriores que son de ladrillo, tapial y mampostería, aparecen revocados y los contrafuertes de ladrillo visto. Hacia la plaza se manifiestan una portada de medio punto, encuadrada en un cuerpo de ladrillo de la capilla y la torre mudéjar, declarada en 2.002 como Bien Catalogado del Patrimonio Cultural Aragonés, situada a los pies del muro sur, en el lado de la epístola coetánea con la iglesia. Esta torre campanario, construida durante el segundo tercio del siglo XVI, consta de dos cuerpos:
El primero, de planta cuadrada fue levantado con mampostería revocada en su parte inferior y ladrillo en su zona alta, y tiene una estructura de alminar hispanomusulmán, con la torre envolviendo al machón central, cuadrado y hueco, entre los que se aloja la caja de escaleras cubierta por bovedillas capitalizadas. En el exterior se observa la sencilla decoración, en ladrillo resaltado y situada en su parte superior, compuesta por un paño de cruces de múltiples brazos formando rombos entre dos frisos de esquinillas, simples en el inferior y a tresbolillo en el superior, sobre el que se disponen dos bandas de tacos.
El cuerpo superior es de planta octogonal dotado de contrafuertes en los ángulos; todas las caras se abrieron con vanos de medio punto en la zona inferior de cada cara enmarcados mediante filas de esquinillas y óculos en la zona superior enmarcados por frisos de cruces de múltiples brazos formando rombos.